
Santo Entierro
Real Capilla del Santo Sepulcro y San Gregorio
Año:Siglo XVI
ANTECEDENTES CONSTRUCTIVOS. En la calle de Alfonso XII, enfilando eternamente a la Campana, inicio de la carrera oficial de las cofradías sevillanas, se alza la capilla del Santo Sepulcro, cedida a la hermandad del Santo Entierro a principios de siglo con motivo de la reorganización que protagonizaron, entre otras cabezas visibles, el sacerdote Jerónimo Armario y de quien en 1939 ocupó la tenencia de alcaldía de Fiestas Mayores en el Ayuntamiento, Manuel Bermudo Barrera. Desde sus primeros tiempos residía en el Colegio de San Laureano, situado a extramuros, en los. Humeros, que fuera adjudícado por la parroquia de San Vicente a su hermandad Sacramental para que se pudiera administrar el viático una vez cerrada la Puerta Real. Con motivo de la invasión francesa la hermandad se trasladó, con sus imágenes y enseres, desde San Laureano a la iglesia de San Juan de la Palma, y pocos años después al convento Casa Grande de la Merced. Surgieron desavenencias con los mercedaríos y se procuró un nuevo traslado, esta vez a la capilla de Profundís de la Iglesia conventual de San Pablo el Real. Se produjeron más tarde nuevas mudanzas hasta su establecimiento definitivo en San Gregorío, donde, en 1939, quedó establecida la comunidad de religiosos de Nuestra Señora de la Merced.
Una vez finalizada la contienda civil es restaurado el templo, teniendo hogar su bendición el 14 de marzo de 1940 por el Cardenal Pedro Segura y Sáenz, con solemne traslado de la imagen del Cristo Yacente desde San Andrés. Nuevas obras de reparación tuvieron lugar en 1959, si bien en esta ocasión la imagen del Señor residió, mientras duraron las mismas, en San Antonío Abad. También en 1990 por esas mismas razones, con ocasión de su traslado a su capilla del Santo Sepulcro, se organizó un memorable Vía Crucis que estacionó a la Real iglesia de San Antonio Abad y a la capilla del Museo.
ALTAR MAYOR. Lugar de privilegio ocupa el Señor Yacente en esta capilla de regulares, pero capaces, dimensiones, por la que ha pasado la historia y con no pocas restauraciones que antes que desdibujar el aspecto primitivo de
templo barroquizante han contribuido a su engrandecimiento y conservación. Se sitúa la imagen sagrada en el altar mayor, sobrio y elegante al par que distinguido, y sin mayores adornos la urna, ante esa aparente falta de ornamentación, se acrecienta en la nave principal, que queda separada de la colateral por una bella arcada.
Dirección
Calle:Calle Alfonso XII, 10